Valoraciones de Expertos acerca del Curso de Mecánico de Motores de Avión. Expresan que: “El reloj empieza a correr en cuanto un avión entra por estas puertas, cada segundo que está en tierra es un segundo que no gana dinero. Estos aparatos
necesitan un servicio rápido y este equipo de técnicos cualificados necesita espacio para trabajar.
Ha costado 300 millones de euros y es el taller más avanzado del mundo, 8 hangares de 115 metros de ancho, lo bastante grande para que quepan los aparatos gigantes del futuro. 2 km de pasillos en dos niveles, si un edificio de este tamaño se construyese con metal afectaría al radar del aeropuerto, a los sistemas de guía del aterrizaje y a los sensores de los aparatos, por eso los hangares tienen puertas anti radar construidas con materiales ligeros como policarbonatos. Plataformas de 120 toneladas, como estas pasarelas móviles, facilitan el acceso a todas las zonas de los aviones.
Cada año más de 100 aviones pasan por este lugar para someterse a reparaciones y revisiones, y todos deben estar en perfecto estado cuando se marchan”.
Agregan que: “Cada seis años un aparato pasa una revisión total conocida como 8 cjet, consiste en bastante más que en hinchar los neumáticos y comprobar el aceite, y para ello los ingenieros necesitan tener acceso hasta el último milímetro del avión. Y ahí entran en acción las pesadas pasarelas.
Al igual que nuestros coches deben pasar una revisión obligatoria, los aviones de pasajeros también necesitan recibir un visto bueno para volar, para asegurarse de que pueden hacerlo, aquí deshacen literalmente el avión en pedazos.
Estos técnicos pueden tardar más de un mes en desmontar un avión y volver a montarlo, desmontan los asientos, las alfombras, los lavabos, el aire acondicionado, las luces, los compartimentos para el equipaje y los paneles de las paredes,
hasta que sólo queda el metal desnudo”.
Siguen indicando que el departamento de ingeniería: “Debe tener capacidad para encargarse de cualquier tarea, desde daños menores en las alas hasta reparaciones importantes en el sistema de navegación y de radar. Algunos de los trabajos más vitales que realizan aquí,
se concentran en el mantenimiento y reparación del motor, cada 3.500 vuelos hay que desmontar los motores de las alas y aplicarles un tratamiento completo.
En un jet con turbo ventilador como este, las piezas móviles pueden girar hasta 10.000 veces por minuto, de modo que cada componente debe ser inspeccionado regularmente en busca de señales de desgaste o avería, aunque un defecto no sea peligroso puede reducir la eficacia, algo que resulta muy caro”.
Además: “Para las reparaciones serias hacen falta recambios, no hay tiempo para esperar la entrega de los pedidos, así que aquí suelen tener recambios a mano. Este es el departamento de piezas, es como un catálogo para los ingenieros de aviación, 40 filas de estantes de más de 13 metros de altura donde se apilan todos los componentes que pueden necesitar un avión de la flota”,
“se escoge una pieza, se cubre el formulario y se deja su entrega en manos del encargado del almacén.
En estas estanterías hay más de 100.000 cajas de cartón, todas ellas tienen un código registrado en la base de datos, por eso hasta la pieza más rara aparece en segundos. El almacenista coge la pieza, anota el pedido y la entrega en el mostrador. A partir de ahí la pieza viajará hasta uno de los talleres ya sea en un carrito o en bicicleta express, de modo que
entre el diagnóstico del problema y la entrega de la pieza pasan menos de 10 minutos”.
En casos importantes como en una revisión de check: “El ritmo debe ser un poco más lento, una vez desmontado el aparato se escanea cada centímetro del chasis en busca de señales de fatiga en el metal. Los ingenieros colocan sensores en el revestimiento del aparato para buscar defectos, en el análisis tecnológico
se encargan de comprobar la pantalla de datos y decodificar las vibraciones, y en el menos tecnológico golpean el avión con un martillo.
Cualquier defecto en el fuselaje producirá vibraciones desiguales que aparecerán como picos en el escáner portátil, es un proceso laborioso, pero la más mínima fisura podría provocar un fallo estructural catastrófico. Si a estos hombres no les gusta el aspecto de algo, pueden deshacerse de trozos enteros del aparato.
El fuselaje de este aparato ha recibido el visto bueno, pero todavía pasarán semanas hasta que recupere sus asientos y vuele hacia el cielo. Cuando esté en el aire volará hasta 16 horas al día 36º días al año. Mantener éstos descomunales aviones en el aire
significa proteger las vidas de más de 22 millones de personas, eso es mucha gente y para eso… hace falta un pedazo de garaje”.